Sobraban las palabras

Daniel se sentía mal. Su sudor era extrañamente frío…su mirada atravesaba sus párpados cerrados y contemplaba desde fuera cómo su cuerpo se sumergía en un abismo que bien le podría conducir hasta el mismísimo infierno. Todos gritaban a su alrededor, excepto Ana, que seguía sentada a su lado acurrucándose en su hombro derecho. 

Daniel temblaba y su mirada seguía interpretando el mundo a través de sus párpados, adivinando que su cuerpo no aguantaría más tiempo en aquella pesadilla; por eso cuando Ana se despegó en ese mismo instante tanto él como su mirada agradecieron a la providencia que ella hubiera decidido salvarse.

El tiempo se detuvo. La mirada de Daniel pudo deshacerse de los párpados y ver de nuevo aquel mundo desde sus propios ojos, pudo ver aquella gente que ahora respiraba aliviada y pudo ver también la sonrisa de Ana, inmutable, porque en su relación con Dani sobraban las palabras.

2 comentarios:

SergioB. dijo...

me lo he leído de nuevo, varias veces.
se me ocurren dos cosas.
Una, la que te he comentado antes: que se muere por alguna enfermedad o un accidente o algo y por eso hay tanta tensión
Dos, lo totalmente inverso, un bebé en brazos de su madre en el Hospital, como todo es nuevo para el, está tenso.

la primera ya me has dicho que no. a ver si lo he entendido a la segunda... XD

Juan A Perez dijo...

jejejeje, yo andaba pensando en una montaña rusa ... :-)