Bailaba sola, impregnándose de la música y disfrutando del momento. Se miraba frecuentemente a uno de los espejos y yo intuía de alguna manera que me miraba a mi.
El equipo también advirtió la presencia de la chica y mi interés por ella. Alguno de ellos me animaba a que atacara, pero yo solo trataba de adivinar que pintaba el "gordo" en todo aquello.
De pronto el tipo gordo y la chica abandonaron la zona de baile. Evidentemente había algo entre aquellos dos, la chica ni siquiera me había visto, y mi mente enferma había vuelto a jugarme una mala pasada. NO IMPORTA. En el fondo sabía que aquella chica nunca querría nada conmigo...
La noche seguía y bebí mi segunda consumición. De nuevo cerraba el grupo que conformaba el todopoderoso equipo de la UPC.
Ella volvió. Volvió sola. Se sentó en una de las esquinas de la zona de baile. Estaba a menos de dos metros de mi. Sabía que aquella era mi oportunidad. Me acerqué bailando hasta su posición y, con un movimiento del brazo derecho le animé a que saliera a bailar.
Sus ojos me respondieron. No acabé de entender si me decían que estaba cansada o bien que yo debía insistir. En cualquier caso repetí el gesto. Ella se levantó, me dedicó una sonrisa y comenzó a disfrutar de nuevo con la música.
Era el momento de actuar, y rápido. Me acerqué a su oído y le pregunté directamente si el "gordo" era su novio; ella hizo una mueca peculiar: dijo no con la cabeza mientras me brindaba una media sonrisa y arrugaba la nariz denotando asquedad.
Aquel insignificante gesto me abría las puertas para continuar la conversación. La chica seguía bailando cerca mio. No dejé que pasaran ni dos segundos antes de preguntarle cosas: quería saberlo todo sobre ella. El ser de fuera me daba ventajas para poder mantener una conversación interesante y entretenida. Mi primera pregunta era obvia.
- Eres de aquí de Madrid?
- No, soy de Córdoba.
- Estás de vacaciones?
- No, llevo viviendo aquí unos meses...tu no eres de Madrid?
- ¡¡Que va!!! ¿A que no adivinas de donde soy?
- Hmm (seguido de un encogerse de hombros y de una sonrisa prometedora).
- De Barcelona (y dicho esto hice una cara de asco - adornada con una sonrisa- como diciendo: seguro que estás pensando: Vaya, y parecía buen chaval!)
- ¿Y qué haces aquí?
- Soy el delegado de mi Universidad para los Campeonatos de España Universitario de... ajedrez (De nuevo mi cara de asco!)
- (Ella sonreía sorprendida ante esta respuesta)
- ¿Qué estas estudiando? - pregunté yo-.
- No, no estudio. Soy profesora en una granja-escuela-. Gota de sudor mental...debe ser mayor de lo que pensaba. Mejor no preguntar la edad.
- ¿Has venido sola?
- Sí, bueno, con una amiga del trabajo que está por ahí con un chico.
- ¿Y aquel tío también lo conoces? - dije en clara alusión al gordo.
- ¡¡Que va!!, a ese no lo conozco. Y es muy pesado; me ha invitado a un par de chupitos...
Creo que fue en esos momentos cuando el tipo comenzó de nuevo a hablar con ella. Yo esperaba pacientemente a que acabasen... al momento ella se dirigió hacia mi y me dijo...
- Mira, me voy un momento a invitarle a un chupito...Al unísono (ella y yo) - No si si decirte que esperes && ¿Vas a volver? Repito - ¿Vas a volver?
- Sí, sí, ahora vendré... si quieres espe..
- Claro, mujer, yo te espero.
Y se fue con él hacia la barra... en esos momentos ya sabía que lo tenía que bordar (si es que volvía). Estaba realmente feliz y bailaba igualmente sólo (de hecho no había dejado de bailar en toda la noche). De vez en cuando echaba miradas fugaces a componentes de mi equipo y ellos me miraban un poco sorprendidos sin saber bien qué pasaba: me habían visto hablar largamente con la chica y ahora se iba con el otro. Pero esta espera no duró casi nada... al momento volvía ella con él.
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